Época: Desarr Iberoam
Inicio: Año 1914
Fin: Año 1945

Antecedente:
Declive del dominio oligárquico



Comentario

El gran potencial del nacionalismo latinoamericano se debió a su capacidad para permear la totalidad de las ideologías desde la extrema derecha a la extrema izquierda y a la simbiosis que crearía con el antiimperialismo. En este sentido es curioso observar una cierta nacionalización del liberalismo, lo que tendría serias consecuencias para la política latinoamericana. Las ideas nacionalistas se habían ido consolidando desde el mismo momento de la emancipación, pero sólo a fines del siglo XIX y principios del XX comenzaron a tener una estructura más orgánica y formal. La llegada masiva de inmigrantes, y el rechazo que los mismos provocaban en ciertos sectores de la población, especialmente los de menores recursos, fue uno de los principales elementos que permitió la difusión de ideas de corte nacionalista y xenófobo.
En un principio, el nacionalismo solía estar vinculado a ciertas formas de pensamiento antiliberal, y entre los valores que reivindicaba estaban los de la hispanidad y el catolicismo, de forma que fue posible hablar de un nacionalismo oligárquico. Este fue el caso de la Liga Patriótica Argentina, que unía a su antiliberalismo un profundo sentimiento antisemita. La lucha contra los movimientos de izquierda, intensificada después del estallido de la Revolución Rusa de 1917, fue otro de los elementos aglutinadores de los nacionalistas de derecha, que en ciertas oportunidades iban acompañadas de manifestaciones de violencia.

En lo que al fascismo se refiere, su incidencia, aunque innegable, fue menor y menos estructurada que la del comunismo y se hizo más visible a partir de la década de 1930.. Por un lado encontramos el interés de Alemania e Italia en determinadas materias primas americanas, que se tradujo en una intensa actividad de las legaciones militares y culturales. La propaganda alemana en prensa, cine y radio y la publicación de libros fue muy importante en esta época. Numerosas asociaciones de inmigrantes italianos y alemanes funcionaron como divulgadoras de los postulados fascistas y en varios países se crearon filiales del Partido Nacional Socialista Alemán.

También hay que tener en cuenta la labor propagandística de ciertos grupos de extracción nacionalista de derecha o provenientes del integrismo católico, que intentaron crear un "fascismo criollo", profundamente anticomunista, anticapitalista y antinorteamericano. La difusión del falangismo en América Latina favoreció estas tendencias, cargadas de una importante dosis de hispanismo. Los movimientos o partidos fascistas más importantes, la mayoría surgidos en los años 30, fueron: Açao Integralista Brasileira; Unión Nacionalista Sinarquista, de México; Partido Nazi Chileno; Falange Socialista Boliviana y la Unión Revolucionaria del Perú.